Paraguay sigue figurando como el país con la mejor previsibilidad en términos económicos en la región. Esto, ante los análisis macroeconómicos, estabilidad inflacionaria y en especial monetaria que sirven de indicadores de medición global.
Por otro año consecutivo, organismos nacionales e internacionales, en sus proyecciones económicas auguran buenos resultados para nuestro país, logrando mantener su senda de dinamismo y competitividad en Latinoamérica.
Sobre el término de “competitividad”, no debemos olvidar de ser primero nacionalmente, cuya aplicación hoy día está gravemente amenazada por ciertas coyunturas que vivimos: políticas, religiosas, ideológicas, etc.
Que esa competitividad tan publicitada ante los ojos de otras naciones, también coexista desde la capacidad de ser competentes también como nación, siendo verdaderos motores de progreso para nuestros compatriotas.
Trabajar primeramente por la competitividad en términos de: mejores condiciones laborales, mejor formación desde la educación inicial, mejor atención y alcance para la salud, inversión en tecnología e investigación, etc.
Estos son algunos de los pilares que Paraguay debe trabajar de forma incansable para ser insuperablemente competitivo y cuya inversión represente ese futuro sostenible y equitativo que todos anhelamos.