Un informe de la Asociación de Productores de Soja (APS) indica que las lluvias de las primeras semanas de enero sirvieron para la recuperación de los cultivos de soja que se encontraban golpeados por la falta de agua.
Sin embargo, las precipitaciones no llegaron a todas las zonas agrícolas, por lo que la reducción en el rendimiento será inevitable.
Ante este panorama, no se llegaría a la producción estimada en principio para Paraguay, que es de 10 a 11 millones de toneladas. Desde este y otros gremios estiman que se llegaría a unos 9 millones de toneladas cosechadas.
La soja entró en la fase de llenado de granos recién en enero, teniendo en cuenta que el grueso de la siembra se llevó a cabo en octubre del 2022. La soja requiere mucha agua en este estadio
Las últimas lluvias fueron de variada intensidad, con acumulados de entre 2 y 100 mililitros. Donde cayeron más de 30 mm tuvieron un buen respiro, mientras que en zonas donde hubo menos precipitaciones empezaron a sentir el impacto negativo.
Las áreas menos favorecidas, donde no llegaron las lluvias, se encuentran en Nueva Esperanza, Katueté (Canindeyú) y en el departamento de San Pedro, donde la mayor parte de las áreas no recibieron lluvias.
Para la segunda quincena de enero, la APS espera lluvias más regulares que en diciembre, aunque el fenómeno La Niña persiste, va perdiendo fuerza y los expertos consideran que se estaría disipando a mediados de año.
En febrero, las precipitaciones cesarán nuevamente, en un momento en que la recolección en las parcelas será masiva, pero a su vez impactará a la zafriña que se siembra inmediatamente después del principal cultivo de verano.
Los riesgos de merma de los granos sudamericanos empujaron, a su vez, a un alza de precios de referencia en el mercado internacional. Además de Paraguay, están sufriendo las mismas incertidumbres Brasil y Argentina, que están entre los principales productores y exportadores de la oleaginosa.
Con todos estos pronósticos, las expectativas siguen siendo mejores a la anterior campaña del 2022 con una cosecha catastrófica debido a la grave sequía.