Por el Ing. Claudio Valerio
El origen del nombre mate proviene de los guaraníes, quienes denominaban “ka’a-mate”, en donde el término ka’a equivale a “planta o hierba” y, en el caso del vocablo mate, tiene su raíz de la palabra quechua mati, término con el que designaban a la calabacilla que los indígenas empleaban para beber la infusión. Su natural origen se ubica en el marco del sudoeste de Brasil, sur de Paraguay y noreste de Argentina (Misiones y norte de Corrientes).
Mucho se tiene por decir del mate como infusión y, para ello, transcribo la nota/artículo de la Sommelier argentina Pamela Álvarez.
¡Hoy hablaremos de la Yerba Mate!
(Pamela Álvarez, Sommelier Internacional argentina)
El ritual que se realiza alrededor de un mate, no viene solo de nuestros hogares en Argentina, Sur de Brasil, Paraguay y resto del mundo.
Todo comenzó gracias a los guaraníes que habitaron Paraguay, Argentina y Brasil, ellos conocían las propiedades de la Yerba Mate, los cuales creían que eran sagradas.
La yerba mate contiene cafeína, vitamina C, es un estimulante, actúa como diurético y antioxidante natural, ayuda a combatir la retención de líquidos y el estreñimiento. Es saciante, contiene polifenoles, saponinas y taninos.
Ellos utilizaban calabazas (que es un fruto) y utilizaban palos como sorbetes. Por supuesto que, con las conquistas, algunos rituales sagrados de los guaraníes se fueron modificando o perdiendo.
La industria de la alimentación nos permite tener más controlados los procesos de diferentes materias primas, como en este caso la de Yerba Mate. Se verifica: la humedad, proliferación de bacterias, que el sapecado (proceso por el cual se da un golpe de calor para que no sobreviva la parte orgánica de la planta) este bien realizado, como el posterior paso por las cintas con calor.
Me gusta siempre innovar con diferentes materias primas, poder mezclar conociendo como saben o que beneficios nos aportan. Por supuesto que nadie niega lo rico que es beber un mate, con el ritual, ya sea calabaza, madera, cerámica, acero inoxidable, vidrio, plástico, etc.
Podemos realizar extracciones de sabor y aromas, con la yerba habitual que tengamos en nuestros hogares, y ensamblarlos con jugos de frutas, pera, manzana, durazno, etc.
Un coctel de yerba mate y pulpa de kiwi, más cedrón y almíbar de cítricos, es una forma de dar una vuelta de rosca al mate tradicional y preparar un coctel refrescante.
Si lo que deseamos es preparar el tradicional terere, lo que debemos hacer en vez de agregar diferentes yuyos, o frutas al mate, es realizar una preparación natural, con agua, endulzantes si lo deseáramos, frutas, pulpas, ejemplo: naranja, pomelo, mandarina, albahaca, cedrón, manzanilla, lima, canela, etc.
Si queremos un daiquirí de yerba mate también podemos darnos el lujo de crearlo, solo es necesario agregar: Ron, extracto de yerba mate, limón o lima, azúcar de caña o almíbar, se puede mezclar en licuadora si queremos una textura frozen, o realizar un shake, con la coctelera. Podemos finalizar con unas flores de la planta de yerba mate.
Si pensamos que la yerba es energizante, podemos utilizarlas para aguas saborizadas en cumpleaños, en proporciones más grandes.
El mate en sus diferentes versiones es siempre un motivo para compartir, la forma en la que lo tomemos nos llevara a querer compartir con nuestros afectos.
De la forma que sea, será importante que levantemos nuestros mates, jarras o cocteles, incluso sacos para mate cocidos, y enarbolemos la infusión nacional de Argentina, ya reconocida por diferentes empresas a nivel mundial.
Sigamos creando nuevos sabores utilizando las propiedades de la Yerba Mate.